domingo, 5 de julio de 2009

Semana 4: Ciencia y arte, Carl Sagan y críticas de las críticas

El primer texto de la semana fue tomada del libro “La piedra de toque: la ciencia a prueba” de Jean-Marc Lévy-Leblond.  En los capítulos que leímos comienza criticando a la ciencia como forma cultural.  Distingue 3 funciones de la actividad crítica que debería tener la ciencia: la función productora, la cual se refiere a los procesos internos de producción donde la crítica debe verificar la validez del trabajo (su calidad); el sentido, lo que significa una producción en su entorno social; y su orientación que se refiere a tomar en cuenta la ruta histórica de una disciplina, criticarlo desde sus raíces.  La función mediadora, la cual se refiere a la difusión de los avances científicos (donde entramos en juego lo que estamos en esta maestría), y se trata de ver no solo lo qué es verdadero, sino de saber en qué lo verdadero es importante o interesante (p. 118).  Aquí también entra en juego la forma en que se están formando a los investigadores porque en la actualidad el sistema de formación no toma en cuanta la historia del campo, conocimiento indispensable para la crítica de la función productora.  La última función es la política que se refiere a la socialización del conocimiento científico y resalta que es necesaria una crítica de la forma en que la producción científica afecta a la sociedad.  En lo personal, creo que este último tipo de crítica es la que hace más falta actualmente y creo que me gustaría ejercer esto.  Se me hace más importante que simplemente revelar fraudes o solo bombardear al público de conceptos y datos.

El capítulo XII trata de converger el arte y la ciencia, de ver las relaciones de un científico con algunos aspectos de las artes plásticas contemporáneas.  Algunas de las obras empleadas en este esbozo de ideas, los publiqué aquí hace unos días.

El siguiente capítulo habla de lo que la literatura nos aporta para explicar la ciencia.  Al pensar en divulgar “al público” (concepto muy amplio que incluye a todos, pero no se refiere a nadie en particular) es complejos, sin embargo la literatura lo hace bastante bien.  Me recuerda a las obras de teatro hechas por Galileo para explicar sus descubrimientos al pueblo.  El autor usa imágenes de novelas que nos ayudan a relfexionar sobre la producción científica, como Bouvard y Pécuchet de Gustave Flaubert que ayuda a entender que la ciencia tiene su locura y estupidez.

El capítulo XIV habla sobre la relación existente entre ciencia y ficción, donde expresa que no son incompatibles y la forma en que en la ciencia existe ficción, principalmente en la forma de inventar nuevos mundos (como los Gedankenversuch de Einstein) o la simulación que va más allá de la realidad.  Finalmente en el último capítulo que leí (la XV), Leblond hace hincapié que la lengua es la que impulsa a la ciencia, es decir, que los científicos tienen que prestar atención al uso que le dan a la lengua, que sea la correcta porque pueden originarse confusiones.  Esto me recuerda a los regaños de uno de mis maestros de la licenciatura que se quejaba diciendo que “los ingenieros estábamos acabando con la lengua” y es muy cierto.  Esto me preocupa mucho porque al ver a mis alumnos adolescentes escribir, me doy cuenta que tampoco saben escribir (ortografía y “modismos” quesque derivados el uso del messenger como el “ke” en lugar del “qué” o escribir dos “i” cuando solo va una o poner un cero después de cada “o”, entre otros), ni tampoco como expresarse de forma escrita (errores gramaticales garrafales).  Y la bronca no es solo entre adolescentes: también le doy clases a ingenieros en sus primeros semestres y la escritura es igual o peor.  ¿Cómo van a divulgar ciencia, es más, cómo se van a comunicar si no saben escribir?  Las escuelas de hoy anuncian que enseñan valores, pero deberían preocuparse antes de asegurarse que saben leer y escribir.

Por otro lado el autor, como buen francés, está molesto por la predominación del inglés para textos científicos.  Definitivamente es otra forma de discriminación y aleja los nuevos desarrollos de mucha gente.  Por ejemplo, el otro día estaba leyendo el proyecto de doctorado de una mujer española y todas sus referencias eran a gente que escribía en español y yo comenté una lista de bibliografía, muy importante para su trabajo, pero todo está en inglés.  Me recuerda a lo que hizo Dante con la literatura en su época, donde no le importó escribir en italiano en lugar del latín que era la lengua docta en el que todos escribían.  A lo mejor el inglés llegue a ser una lengua muerta en el campo de la ciencia, pero no sucederá en un futuro nada cercano (de hecho dudo que suceda, pero Leblond le gustaría, jeje).

Las siguiente lectura fueron algunos capítulos del libro El Universo de Carl Sagan donde 23 autores hablaron sobre los planeas y diferentes aspectos de la divulgación de la ciencia (lo que a nosotros nos interesa más) en honor del 60 cumpleaños de Carl Sagan, uno de los divulgadores más importantes del siglo XX.  Voy a hablar de algunas ideas de los dos primeros capítulos, las cuales se me hicieron las más interesantes.

En el capítulo 12, Ann Druyan se cuestiona la importancia de divulgar la ciencia.  Parte del hecho de que los primeros científicos presocráticos “metían las manos” al hacer ciencia, sin embargo desde Platón muchos intelectuales practican la ciencia solo en ciertos lugares aislados de todo el mundo, lo cual es un grave error.  Ella ve que la ciencia va ligado a la democracia, donde todos pueden opinar sobre los acontecimientos en lugar de quedar al margen, cosa que se ve obstaculizada si los hombres (y mujeres, para no verme sexista) de ciencia están aislados sin compartir sus avances.  Una frase que me puso a pensar es cuando escribe “podemos hacer ciencia prescindiendo de democracia.  Pero me pregunto si podemos esperar que exista la democracia si falta la ciencia” (p. 206).  Esto me recuerda a un proyecto que hicimos hace un año en la clase de Susana, donde le apostamos a la divulgación de la ciencia para ayudar a atacar el problema de contaminación en el río Santiago.  Hablando con la gente afectada de El Salto me di cuenta que se habían metido a fondo a estudiar asuntos de ciencia relacionados a su problemática y me citaban estudios realizados y sus resultados.  Realmente creo que la ciencia es capaz de transformar la forma en que vemos el mundo, y estas personas, gracias en gran medida a lo que han aprendido de la ciencia que alerta sobre el río Santiago, se han manifestado públicamente en numerosas ocasiones buscando un trato más justo y democrático.  Otra idea que entra en un debate que teníamos en una clase anterior es la de no subestimar a la gente, de respetar su inteligencia.  No creer de antemano que “la gente” no tiene conocimiento previo.  Creo que la solución es escribir para cierto público meta, que conozca más o menos, para escribir algo acorde a sus intereses y a lo que saben.

El capítulo 13 lo escribe James “el asombroso” Randi quien habla de los problemas con la pseudociencia y quienes buscan engañar con cosas que parecen científicas, pero que no lo son.  Para él, el divulgador debe intentar informada a la gente, e incluso destruir sus creencias o hacerlos dudar de ellos, luchando contra el pensamiento mágico que da respuestas sencillas y positivas, sin condiciones, objeciones ni probabilidades estadísticas.  Tal vez esta sea la misión de Randi, pero como dije antes, la mía es la de mostrar repercusiones sociales de los avances científicos.

El último texto fueron varios capítulos del libro “The Flight of Science and Reason” que Mauricio de forma muy amable nos compartió su presentación aquí.  Debo decir que no me gustaron mucho los textos, ya que pecan de lo que critican.  Básicamente los autores, que son bastante distinguidos (entre ellos algunos tienen premio Nobel), critican el hecho de que nos estamos alejando de la ciencia y la razón.  Culpan las críticas de los postmodernistas quienes dicen que el conocimiento es social cuyo contenido fluye hacia las masas y está diseñado para dar soporte a los grupos que están en el poder.  Estoy de acuerdo que no todo el conocimiento es igual de válido, pero creo que estos autores se lo toman demasiado en serio.  El capítulo de Herschbach usa una metáforas de jardinería para mostrar que la hostilidad mostrada hacia la ciencia (y por consiguiente, también hacia los científicos) que “abunda” en los textos de los humanistas derivan de que no conocen a la ciencia, que creen que es un proceso inflexible.  Es interesante su explicación sobre la forma en que “funciona” la ciencia (y otra parte aburrida, por lo menos para mí, fueron los mil detalles de como se pasó de la idea de Otto Stern sobre átomos en campos magnéticos hasta llegar a la cura del SIDA).  Goodstein habla de los fraudes dentro de la ciencia, más allá de gente que se roba los créditos de los trabajos (que es muy frecuente, por cierto), sino que cuando los procedimientos necesarios para replicar los resultados del estudio o los resultados mismos son representados erróneamente con conocimiento de causa.  Esto muestra que los científicos también son parte de la sociedad y no aislados de ella, y al igual que toda la sociedad, hay quienes son corruptos y tranzas como hay muchos más que son honestos.  Weissmann hizo un artículo, desde mi punto de vista el más interesante, sobre la historia de la medicina donde deja ver que el abandono de la ciencia ha sucedido desde hace mucho tiempo.  Sampson me parece que tiene la misma misión en la vida de Randi (mencionado anteriormente)  porque en su capítulo habla enérgicamente en contra de la medicina alternativa.  El capítulo de Held se me hizo bastante aburrido y no aporta mucho a la discusión, por lo menos desde mi humilde punto de vista, sin embargo Lewis ataca de frente a los “verdes” que se han alejado de la ciencia, o más bien lo necesitan para fundamentar sus ideas, pero son hostiles hacia ella por ser el culpable de todos los males de que afectan el medioambiente.

Creo que esto fue mucho rollo, pero es compartirles lo que me llamó la atención de las lecturas.  Gracias.

8 comentarios:

Alfonso Islas dijo...

Tony

De tu recensión de la semana cuatro, comparto tu preocupación de que las personas afectas a los sitios electrónicos, están traicionando a la lengua, ke por que, etc., entonces ¿que podemos hacer? Mi opinión es que si quieren usar ke por que, esto sea un codigo alternativo y no mutante de la escritura correcta. Es decir, yo tengo alumnos que pueden "chatear" pero a la hora de presentar tareas o de escribir su tésis, deben escribirla bien. Es decir establecer filtros académicos para no dejar pasar las pifias ke por que. En este sentido, la recomendación es que lean, aunque sea periódicos, pero novelas, poesía, literatura, hemos realizado incluso en la escuela de biología lectura en voz alta.

Respecto a la siguiente lectura, de la democracia sin ciencia, pienso que sería imposible, en efecto no puede haber democracia sin ciencia, no sería democracia entonces. Además hablando de democracia, la gente puede no tener conocimiento previo (completo), pero bastaría con que explotaramos su potencial capacidad, para darle a entender principios o avances científicos, ¿no crees? Es decir definitivamente NO subestimar a nadie, lo contrario suena a discriminación.

¿porqué no te gustaron los textos del flight? por pretenciosos, eruditos, chocantes, entonces, ¿como tu plantearías esa discusión del flight a nivel divulgativo?

Saludos

Tony Valderrama dijo...

Estoy en total acuerdo con lo que mencionas con la democracia y ciencia. La desinformación del pueblo sobre avances científicos es uno de las causas de problemas políticos, tanto en México como en el resto del mundo.

El textgo de Flight no me gustó tanto porque me da la impresión que usan a los posmodernistas como "chivo expiatorio" de todos los problemas. Entiendo que hay algunos humanistas de esta corriente muy críticos (o criticones) sin tanto fundamento, pero me parece que ellos tampoco han profundizado en el posmodernismo como para hacer una mejor crítica. En pocas palabras, estan haciendo lo que critican.

A nivel divulgativo me parece muy interesante la visión que dan los autores acerca de como funciona la ciencia, como no se apegan a ella en la medicina o los verdes de hueso colorado (un pequeño conflicto de colores, jeje). Creo que sobre todo me molesta el primer capítulo o introducción.

Guridi dijo...

VA MI RESENCION DE LA SEMANA 4.
En la resención anterior incluí la de Levy Leblond, así que en esta sólo hablaré de "el universo" y "el vuelo de la razón".

Como siempre, he tratado de articular las lecturas de esta semana a través de algún metaconcepto que haya estado presente o flotante en la discusión.
En esta ocasión eligo el riesgo.
Personalmete aprecio en estas lecturas que existe un riesgo latente por olvidarse de la crítica a la ciencia, y no me refiero a la crítica a tal o cual desarrollo científico, sino a la ciencia como único método de conocimiento. Me preocupa que lleguemos a olvidar que existen otras formas de conocimiento del mundo, y que estas alternativas en ocasiones han logrado descifrar o explicar ciertos aspectos en los que la ciencia no se ha interesado o simplemente no ha podido abordar por dificultades del objeto de estudio.
No podemos y no debemos confundirnos, "la ciencia es el mejor y más funcional modo de conocimiento" pero no es el único. En la medida que la ciencia voltée hacia esas alternativas y las estudie, el conocimiento científico se verá enriquecido, tal y como Mario Bunge comenta "la ciencia parte del conocimiento común y lo rebasa, se alimenta del conocimiento o sentido común pero también este se ve enriquecido por el conocimiento científico".
Comparto el entusiasmo de los autores de "el universo" sé que la ciencia necesita estar posicionada como un elemento que forma parte de la cultura y necesitamos introducirla en el quehacer y en el sentido cotidiano de la gente.

Me queda claro que es siempre tentador reconocer los procesos históricos como procesos de héroes y villanos, la historia de bronce siempre es la primera opción cuando revisamos en retrospectiva el desarrollo de la ciencia. Sin embargo, debemos ser capaces de observar la historia de la ciencia de forma no lineal, y no comouna carrera hacia la meta. En la visión lineal de la ciencia no hay lugar para los errores ni para los aportes hechos por otros modos de conocimiento, ése es el riesgo fundamental de la idealización de la ciencia en el que no debemos caer.

Tony Valderrama dijo...

Chuy:

Me parece muy interesante lo que mencionas acerca de que se nos puede olvidar que hay otras formas de conocimiento. Creo que has dado en el clavo de porque no me gustó del todo esos textos...

¡Saludos!

MURCIELAGO dijo...

¿Es deseable un mundo de personas cultas, curiosas e inteligentes? ¿Los conceptos de justicia, igualdad, equidad son importantes y más aún: reales?
¿Tengo derecho de abandonarme a la declaración de los derechos humanos o estoy obligado a apuntar 'más arriba'?
¿Podemos tirar nuestro talento a la basura o debemos responder ante la humanidad por eso?
Antes de lanzarnos a sugerir una respuesta políticamente correcta, hay que analizar hacia adónde apuntan las preguntas en el contexto de este blog. No se le pide a Karajan que acepte la música de Banda el Recodo, ni a un artista que procure ser tolerante y respetuoso de otras corrientes artísticas, como tampoco a los filósofos que eviten mofarse de ideas distintas. Una cantante puede romper una imagen del papa en televisión nacional y sólo provoca revuelo y censura de ella, pero si se tratase de un científico digamos, un físico: cabría preguntarse sobre las represalias que puede ejecutar el Vaticano. Un comunicador de la ciencia debe ser mesurado en sus declaraciones si lo que desea es invitar a las personas a ver el mundo desde otra perspectiva; pero considero que esto es sólo una táctica para evitar resistencia. La crítica a la crítica es legítima, pues es distinta de una defensa (que bien puede ser ciega). ¿A quién pertenece el proyecto humano? ciertamente no a la ciencia, pero tampoco al arte ni al deporte o a una religión particular. Me sumo a la invitación de Chuy: no nos confundamos. La lucha del comunicador de la ciencia apunta a que mañana no haya más que decir, que su labor un día no sea necesaria. La lucha no es contra otras formas de conocimiento, es contra la ignorancia.

Alfonso Islas dijo...

Chuy

Tu recensión es conciliadora, respecto al debate de Tony, de no estar de acuerdo con la lectura de FLIGHT, es importante posicionarse como comunicadores públicos de la ciencia y la cultura. Te cito:

"No podemos y no debemos confundirnos, "la ciencia es el mejor y más funcional modo de conocimiento"

Aunque existan otros tipos de conocimiento, valiosos, que quieren privilegiar, en todo caso, como dice Alejandro, privilegiar un debate interesante, constructivo, pero no dar la impresión de apoyar a las pseudo o meta ciencias. o ¿me equivoco?

Saludos a todos...

Alfonso Islas dijo...

Aclaro más:

Reconcocer el conocimiento dentro del Arte, esta bien, dar la impresión de que la pseudociencia de la nueva era, es apoyable por alguno de ustedes, no está bien...

Tony Valderrama dijo...

Definitivamente no se trata de apoyar pseudociencias ni metaciencias. (Aunque muchos pensaban y todavía piensan que Freud tenía una metaciencia y hoy muchos creen que realmente estaba inserto en la investigación seria en neurobiología). Tal vez eso se podría concluir después de mis aportaciones, pero mi idea no es tampoco apoyar todas las formas de adquirir conocimiento. Por ejemplo la nueva era hace que de desgarre las vestiduras (bueno, no tanto) porque carece de cualquier tipo de fundamento sin importar por donde lo veas.

Sin embargo la idea de Sokal y otros de su clan es la de desprestigiar a cualquier autor que no está de acuerdo con su visión del mundo, con su interpretación. Y tampoco creo que es válido pensar que yo estoy bien y todos los demás son unos idiotas (creo que fue el término usado por ellos en el texto de Chimal y si no, estaba bastante cerca).