jueves, 10 de junio de 2010

DESCUBRIMIENTOS, INVENCIONES Y REINVENCIONES



En La insoportable levedad del ser de Milan Kundera, Tomás y Teresa, los personajes principales, se conocen por una cadena de seis coincidencias. Norbert Wiener, en su libro Inventar, nos habla de una serie de concatenaciones que llevaron al perfeccionamiento de determinadas invenciones, que no en todos los casos son producto de la coincidencia y sí en su mayoría lo son de la necesidad de resolver algún problema. También en la obra de Wiener queda lugar para la discusión sobre si un invento es en realidad un descubrimiento.

Desde una perspectiva lingüística inventar y descubrir hacen referencia a lo mismo, incluso son palabras sinónimas para el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española, el Diccionario Espasa-Calpe y el Diccionario Larousse de la lengua española; y según el Diccionario Ilustrado Vox Latino-Español Español-Latino, la raíz inventio hace referencia tanto a inventar como a descubrir. Tal vez la confusión esté en que la mayoría de las personas piensa que lo que se descubre es algo que ya estaba ahí en la naturaleza, mientras que lo que se inventa no lo estaba. Sin embargo, nada surge de la nada, y el mismo invento tiene la gran mayoría de las veces un modelo en la naturaleza, o en su defecto al ser producto del razonamiento del hombre, el cerebro que permitió tal idea forma parte del mundo natural.


Sobre las coincidencias que permiten los inventos, la más afortunada sería la que menciona Wiener en su texto, la de los artesanos y los filósofos, que reflejan la existencia de un clima propicio para las invenciones como es el caso del mundo griego. En la Grecia clásica, abundaron las ideas pero no los inventos, en el mundo helénico el sincretismo alejandrino permitió, entre otras cosas, que los que tenían las ideas se entendieran con los artífices y entonces los inventores destacaron. Pero no sería hasta con Thomas Alva Edison que inventar cosas se volviera una profesión, tal como lo expresa Isaac Asimov en Grandes ideas de la ciencia. Y es que con Edison la invención ya no era el proceso en que alguien tiene una idea y se le busca una aplicación, sino que existía un problema y alguien trataba de resolverlo a través de un invento. Y aquí es donde tiene lugar la discusión sobre si la tecnología es la parte aplicada de la ciencia.

No toda tecnología surgió como producto del trabajo de un científico, la mayoría de las veces apareció para solucionar un problema, muchas veces en sujetos no científicos de profesión, pero las más de las veces sí apareció el invento como producto del pensamiento científico, del proceso de razonamiento que alguien tuvo que haber hecho tratando de resolver dicho problema y de experimentar nuevas soluciones. Si pensamos en que el martillo del herrero fue forjado por el martillo de otro herrero, tal como lo menciona Wiener, la sucesión de martillos forjados puede que llevaran a su perfeccionamiento e incluso a la transformación de la herramienta, respondiendo a distintas necesidades, pero las subsecuentes adaptaciones tuvieron que ser producto del razonamiento del artífice, de la experimentación con la nueva herramienta. Lo más curioso de la frase de Wiener es que forjar también es sinónimo de inventar.

Una idea interesante en la obra de Wiener es la del proceso inverso de la invención, en la explica que cuando averiguamos hasta dónde podemos llegar con nuevas herramientas lo que hacemos es un auténtico trabajo de invención o descubrimiento, lo que nos lleva al perfeccionamiento de dichas herramientas o en otros casos inventar otras.

Tal vez las personas se puedan conocer por casualidades, como el caso de Tomás y Teresa, pero la evolución de la ciencia y la tecnología es producto de la causalidad, de la invención y la reinvención, como el paso del martillo a la nanotecnología.

2 comentarios:

Alfonso Islas dijo...

Rubén Meléndez Magallanes
Producción Científica Contemporánea
Recensión No. 4: Invenciones

Cuando hablamos de los grandes inventos que le han otorgado al ser humano su lugar en el mundo, resulta imposible ignorar la historia que existe detrás de todos ellos. Historia que al mismo tiempo les da su lugar en la realidad en que nos encontramos inmersos, pues finalmente solucionan necesidades en un proceso cíclico que devela nuevas necesidades que serán candidatas a ser solucionadas por medio del estudio y el uso de técnicas, es decir, tecnología.
Sin embargo, aunque a veces consideramos que la ciencia es básica para la tecnología, o que la filosofía y la ciencia sufren una dicotomía en la actualidad, este tipo de relaciones no siempre fueron así, o por lo menos no eran tan evidentes. Hubo épocas en que los mas celebres científicos eran filósofos y no solo eso, incluso políticos. Asimismo, la práctica daba lugar a la técnica, y en ello no necesariamente intervenía la ciencia. Con ello se hace evidente que los procesos sociohistóricos adquieren un lugar importante en la constitución de un conocimiento o artefacto como útil para nuestros intereses. Fue gracias a la invención de una técnica para fabricar papel de forma barata que se fomentaron idiomas lógicos como el algebra, que depende al cien por ciento de representaciones graficas que deben escribirse en algún lado. Asimismo, sin este tipo de procesos, no hubiera existido la posibilidad de utilizar grandes cantidades de papel para imprimir ideas de forma masiva, y la imprenta no hubiera existido. Por otro lado, la imprenta no solo permitía reproducir textos, sino también imágenes que en otro momento solo estaban a la disposición de los mejores dibujantes. El texto se complementaba con imágenes, y hacia que el conocimiento se volviera más significativo y comprensible.
Y son muchos los ejemplos que, en este sentido, ayudan a ilustrar el punto. Es algo así como una bola de nieve que va adquiriendo capas que serian imposibles sin las anteriores. Una vez leí que las computadoras, el gran invento del siglo XX, era el resultado del “matrimonio tardío entre ciencia y tecnología”, pues ciertamente se requirió de la unión de una gran cantidad de conocimientos, tanto técnicos como científicos, sin dejar de lado los culturales, para que estos aparatos invadieran nuestras vidas y las hicieran más agradables de muchas maneras. Cuando observamos la aplicación de la ciencia y la tecnología a nuestro alrededor, es fácil darnos cuenta que estamos viviendo en una época hermosa, llena de expectativas que día a día se van haciendo posibles gracias a los avances que no se detienen, y que se han convertido una característica inherente de nuestra especie: el uso y aplicación de técnicas y conocimientos para salir adelante.

Sería bueno enumerar una lista de ejmplos en donde la tecnología no requirió de la ciencia, ¿o de plano no es así?

Alfonso Islas dijo...

Disciplina, rigidez, reproducibilidad, y suerte, desde luego, son elementos necesarios también, para un buen invento-descubrimiento